La Universidad puede dar respuesta a aquellos que creen que los años no son obstáculo para seguir haciéndose preguntas. La Universidad ofrece alternativas a todas aquellas personas que, con estudios superiores previos o sin ellos, encuentren placer en el estudio y en el conocimiento. Nunca es tarde para aprender: todo depende de las personas y de su voluntad de aprendizaje. La primera Universidad de Mayores data de 1973 y se creó en Toulouse. Respondió, como después ocurrirá con las creadas en España (hoy en día, pasan de cincuenta) y otros países, al intento de dar respuesta a la Declaración Mundial sobre la Educación Superior en el Siglo XXI, de la UNESCO , que planteaba la necesidad de que la educación superior debía abrirse a los educandos adultos de manera flexible, abierta y creativa. En esta línea se inscriben también los informes del Club de Roma o el Informe Delors, abogando por una educación permanente, sin límites de espacio o edad, que dé respuesta a una profunda necesidad de cultura y de actualización de unos adultos que ahora disfrutan de una mayor longevidad a la que desean sacar el máximo aprovechamiento. Hay numerosas razones de diferente índole que justifican la integración de estos programas en la estructura universitaria: sociales (nuestra deuda con personas que no tuvieron posibilidades de estudios en su juventud y que, dado el actual desarrollo de nuestro país, universidad y sociedad deben saldar), educativas (dar respuesta a nuevas demandas, a sectores de la población que no desean un título profesional sino acceder a un tipo de formación permanente que contribuya a su desarrollo personal y a conseguir una sociedad más culta, crítica y participativa), demográficas (el descenso demográfico propiciará una mayor heterogeneidad de edades y procedencias), económicas (las personas mayores de más de 50 años desempeñarán en los próximos años un papel fundamental en las estructuras económicas y de financiación), además de fomentar el desarrollo de actividades de formación científica y cultural que favorezcan el encuentro y el intercambio generacional. En esta línea el Programa Universitario “José Saramago” 50 plus va más allá de cubrir unas necesidades alternativas de carácter formativo. Deseamos atender las exigencias de un mundo en el que las personas mayores no pueden quedar al margen de la sociedad sino que deben implicarse en ella como forma de promoción y mejora, tanto personal como colectiva. Además, la Universidad como alma máter de la sociedad debe realizar una labor continua de desarrollo y formación cultural que ayude a los ciudadanos a comprender y a adaptarse a los cambios acelerados que caracterizan nuestro tiempo. Todos estos argumentos explican y dan base a unos estudios que, sin rigidez de contenidos y permitiendo a las personas participantes optar por aquellos que mejor satisfagan sus intereses y expectativas, comenzaron a gestarse en el año 1999 en Talavera de la Reina y que se implantaron de manera definitiva en la UCLM durante el curso académico 2001-2002 estando ya, en el momento actual, plenamente consolidados e integrados.