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Manifiesto de Toledo

Manifiesto de Toledo sobre Envejecimiento Activo y Saludable

CoLab on Healthy and Active Ageing

Envejecimiento activo y saludable

01. La promoción del envejecimiento saludable, basada en la prevención, la educación en salud y el fomento de estilos de vida activos, constituye una herramienta clave de la salud comunitaria para reducir la incidencia de enfermedades crónicas, la fragilidad, la discapacidad y la dependencia y, por ende, aliviar la presión sobre los sistemas sanitarios.

02. La prevención y el tratamiento de la fragilidad deben abordarse de forma integral, a través de programas que incorporen intervenciones en salud, nutrición, ejercicio físico, control de la medicación inapropiada y uso de tecnologías, así como con la promoción de redes de apoyo social.

03. La sostenibilidad del sistema del bienestar en una sociedad con una población envejecida precisa de profesionales cualificados y con un alto grado de especialización en las necesidades y características de este tipo de población, que trabajen en equipos multidisciplinares.

04. El ejercicio físico multicomponente, individualizado y adaptado, es una herramienta de primer orden para la prevención y tratamiento de la fragilidad y sus efectos sobre la función física y cognitiva.

 

Barreras y facilitadores para envejecer en la residencia habitual

05. Las personas mayores expresan con claridad su deseo de mantener la autonomía personal y preservar su bienestar emocional. La mayoría anhela permanecer en su propio hogar hasta el final de sus días, rodeada de los recuerdos, vínculos y espacios que han dado sentido a su vida. Sin embargo, cuando precisan muchos cuidados, no quieren convertirse en una carga para sus familiares y manifiestan su preferencia por centros de atención de pequeña escala, humanos y cercanos, donde puedan seguir sintiéndose acompañadas y respetadas en su dignidad.

06. Existe necesidad de una mayor y más diversa oferta habitacional que garantice los diferentes niveles de privacidad y la continuidad del proyecto de vida de las personas mayores.

07. Es imprescindible fomentar una verdadera cultura de los cuidados, que reconozca socialmente su valor y asegure una retribución justa y adecuada a las personas que trabajan en este ámbito, garantizando así la calidad, la continuidad y la humanidad en la atención.

08. La atención en el hogar con personal especializado es un recurso clave para que las personas mayores mantengan su entorno familiar, preservando vínculos afectivos, rutinas y la memoria espacial asociada a su hogar.

09. Se precisa un replanteamiento de la organización de los servicios residenciales, priorizando la flexibilidad, la participación activa de los residentes y la formación del personal en competencias centradas en la persona.

 

Economía de la salud relacionada con el envejecimiento

10. La sostenibilidad de los sistemas sanitarios y de bienestar social dependerá, en gran medida, de la planificación anticipada y de la implementación de políticas que optimicen la gestión de recursos conciliando las dimensiones de eficiencia y equidad.

11. Hay necesidad de desarrollar estrategias y políticas de envejecimiento activo factibles y de largo recorrido, con el objetivo de garantizar la sostenibilidad del sistema y mejorar la calidad de vida y el bienestar de las personas mayores

12. Hay urgencia en el reconocimiento y la valoración de los cuidados informales en el diseño de políticas públicas, de modo que se incorporen medidas de apoyo específicas: prestaciones económicas, servicios de respiro, formación en competencias de cuidado y políticas de conciliación laboral y familiar.

 

Estrategias y políticas públicas para la promoción de un envejecimiento saludable

13. El planteamiento de las políticas públicas debe realizarse desde un enfoque de salud comunitaria contemplando los principales determinantes de la salud sin perder el enfoque intersectorial, la participación activa de las personas mayores y evitando el edadismo.

14. Existe la necesidad de priorizar las políticas públicas basadas en aquellas intervenciones más efectivas y contrastadas por la evidencia científica y que respondan a criterios de equidad y eficiencia en el uso de los recursos disponibles (balance coste-efectividad).

15. La actualización formativa de los profesionales sanitarios y la integración de nuevas profesiones dentro del sistema público es fundamental para garantizar la respuesta a las demandas emergentes de salud, especialmente en áreas rurales y en la atención a colectivos vulnerables.

16. Los últimos avances tecnológicos como la telemedicina, los dispositivos de monitorización remota de la función física y las plataformas digitales con sistemas de vigilancia y seguimiento, pueden facilitar la atención en el hogar y reducir la brecha digital, haciendo que el sistema sea más sostenible, accesible, equitativo y mejore la calidad de vida de las personas mayores.